En los formatos minoristas más activos, la gestión de turnos constituye un aspecto esencial de la atención al cliente. Los minoristas buscan ofrecer un servicio justo, eficaz y que no genere tensiones entre clientes y empleados. Al tener reservado su turno y saber cuánto tienen que esperar, la experiencia de compra de los clientes es más agradable e incluso más rentable para el minorista: según un estudio, un 88% de los clientes prefiere continuar con sus compras mientras espera su turno.